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sábado, 6 de junio de 2015

EL APEGO, DESARROLLO EMOCIONAL EN LA PRIMERA INFANCIA -¿POR QUÉ ES IMPORTANTE? .







El apego hacia alguien, se define como una vinculación afectiva intensa, duradera, de carácter singular, que se desarrolla y consolida entre dos personas, por medio de su interacción recíproca, y cuyo objetivo más inmediato es la búsqueda y mantenimiento de proximidad en momentos de amenaza ya que esto proporciona
seguridad, consuelo y protección.
Desde el punto de vista emocional, el apego surge cuando se está seguro de que la otra persona estará ahí incondicionalmente, lo que facilita que aparezcan la empatía, la comunicación emocional y hasta el amor entre estas personas. Desde el punto de vista cognitivo, la propia existencia de una relación de apego, conlleva a la construcción de un modelo mental de dicha relación, una imagen de cómo es el propio niño, representaciones sobre la figura de apego y una teoría mental sobre la imagen que la figura de apego tiene sobre el niño.
El vínculo de apego suele aparecer en torno al año y suele darse entre un niño o niña y sus progenitores/cuidadores. Existe la posibilidad de que la figura de apego cambie a lo largo de la vida. Cada relación de apego tiene sus características específicas, dado que algunos factores como la edad o la interacción tienen mucha influencia. Estas relaciones son muy amplias, pero las más importantes son las de asegurar la supervivencia de la cría, darle seguridad, autoestima y la posibilidad de intimar, es decir, tener una comunicación emocional privilegiada, así como refugiarse en situaciones de angustia o confusión para sentirse seguro.

LAS CUATRO FACES DEL APEGO

Primera: se desarrolla desde el nacimiento hasta las doce semanas de vida; en esta época en la que el bebé reacciona tanto a los rostros como a las voces humanas pero sin capacidad de reconocimiento.                              

Segunda: se produce entre los dos y los seis meses; las señales del bebé van dirigidas a hacia una o más figuras ya identificadas, y las respuestas del niño interactúan con los padres en forma de sonrisa o imitación.

Tercera: entre los siete y veinticuatro meses, el niño busca la proximidad con los padres. Podríamos decir que es la fase del apego propiamente dicha.

 Cuarta: comienza la última fase del vínculo de apego, en la que el bebé comienza el proceso de asociación social de las emociones.

En esta fase propiamente dicha de apego, las diferentes situaciones en su interacción con la madre motivarán diferentes estados de apego. Éstos serán básicos en la conformación de su propia experiencia emocional y estará determinadas por el grado de seguridad emocional que el niño tenga en la madre.

FIGURA PRINCIPAL DE APEGO

MADRE


Si bien tradicionalmente la figura con la que se establece el vínculo de apego más fuerte ha sido con la madre, hoy en día asistimos a una acentuación de la implicación del padre en los cuidados de la primera infancia. Motivos de horarios laborales, número de hijos, recursos económicos, etc, determinan la necesidad de una corresponsabilidad por parte ambos progenitores en las labores de atención al bebé. Aun aceptando esta realidad, no hay que perder de vista que desde un punto de vista biológico y evolutivo, es la madre la que está en disposición de efectuar una relación especialmente fuerte con el hijo. La importancia del buen establecimiento del vínculo de apego, ya en las primeras etapas, va tener unas consecuencias concretas en el desarrollo evolutivo del niño. Podemos afirmar con rotundidad que dedicar tiempo al bebé, en una interacción de cuidado y atención, por parte de las figuras de apego, es la mejor inversión para garantizar la estabilidad emocional del niño en su desarrollo
El vínculo de apego no debe entenderse como una relación demasiado proteccionista por parte de la madre hacia el bebé, sino como la construcción de una relación afectiva en la que la atención y los cuidados de la madre en las primeras etapas (el niño se siente atendido en sus necesidades), va a propiciar la paulatina adquisición, desde una plataforma emocional adecuada, de los diferentes aprendizajes y, por tanto, de los primeras conductas autónomas.
Si bien el niño quizás tardará unos meses en desarrollar el apego hacia la figura principal, el vínculo emocional de la madre hacia el bebé se desarrolla rápidamente teniendo lugar en los momentos posteriores al parto.
 El apego puede formarse con una o varias personas, pero siempre con un grupo reducido. La existencia de varias figuras de apego es, en general, la mejor profilaxis de un adecuado desarrollo afectivo dado que el ambiente de adaptación del niño es el clan familiar y no exclusivamente la relación dual madre-hijo.


DESARROLLO EMOCIONAL EN LA PRIMERA INFANCIA:


Pensar al desarrollo infantil temprano desde una perspectiva integral supone comprender que la supervivencia, el crecimiento y el desarrollo de los niños son aspectos interdependientes. Las familias y los adultos responsables -incluyendo también a funcionarios y actores comunitarios - que se relacionan con el niño y la niña asumen un rol determinante en su crianza proveyéndoles cuidado, afecto, estímulo, valores y la protección necesaria.
Sostenemos que las oportunidades de desarrollo de los niños de nuestro país aumentan exponencialmente cuando son acompañadas y favorecidas por políticas públicas de carácter multidisciplinario e intersectorial que favorezcan el acceso de las familias a recursos, conocimientos y servicios de atención de calidad.
El desarrollo infantil integral suele definirse a través de los cambios que los niños atraviesan en términos físicos, cognitivos, emocionales y sociales que los habilitan a una vida autónoma y plena. Muchas de estas dimensiones son por todos reconocidas y solemos encontrar abundante literatura sobre la mayoría de éstas (salud en primera infancia, desarrollo cognitivo, físico, entre otros).

EL DESARROLLO EMOCIONAL EN LA PRIMERA INFANCIA: DE 0 A 7 AÑOS

Los bebés nacen con un limitado registro de emociones, que van haciéndose más complejas a medida que crece y madura. Los recién nacidos son capaces de mostrar tres expresiones emocionales: sorpresa, placer y malestar. Sin embargo, alrededor de los dos meses, muestran la primera conducta verdaderamente social a las caras de las personas que los cuidan: sonríen. A los cuatro meses, han añadido una cuarta emoción a su repertorio: el miedo.
El repertorio emocional del bebé se amplía de nuevo entre los seis y nueve meses, cuando aparecen la timidez, el miedo a los desconocidos y el miedo a ser separados de las personas que se ocupan de él. Antes de este momento, los bebes están, por lo general, cómodos con cualquier adulto que se ocupe de ellos, pero después ese momento es muy probable que tengan miedo de estar con quien no sea su madre, su padre o cualquier otra persona que se haya ocupado de él.
La aparición de la sonrisa social a los dos meses de edad supone una recompensa agradable para los padres que cambian los pañales o se levantan por la noche, aunque la expresión del malestar y el miedo entre los cuatro y los nueve meses no suele agradar a los padres. Sin embargo, ambos son signos de un desarrollo normal y saludable de las emociones del bebé.

TEMPERAMENTO

El temperamento consiste en las diferencias individuales en emoción, activación motriz y reacción de atención a estímulos. El temperamento da forma a los resultados de los niños, e influye en la manera en la que interactúan con su entorno y en cómo los adultos y los niños reaccionan a este.

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE?

El temperamento se refiere a las características individuales que se asume tienen una base genética o biológica y que determinan las respuestas afectivas, atencionales y motoras del individuo en varias situaciones. Por ejemplo, el temperamento puede afectar el humor y las emociones de los niños, cómo ellos enfrentan y reaccionan a las situaciones, su nivel de miedo, frustración, tristeza y molestia, etc. Estas respuestas también juegan un rol en las interacciones sociales y el funcionamiento social subsecuentes. Una predisposición temperamental se refiere a un perfil distintivo de sentimientos y comportamientos que se originan en la biología del niño y que aparecen temprano en el desarrollo. 

¿CÓMO PUEDEN LOS ESTILOS DE CRIANZA AFECTAR AL TEMPERAMENTO DE UN NIÑO?

Cada niño nace con una personalidad y un temperamento únicos. Su temperamento afecta a su conducta y a su reacción a situaciones. Sin embargo, si se enfoca correctamente, los padres pueden mitigar algunos de los aspectos más difíciles de los temperamentos de sus hijos.  
  • Si los niños son ansiosos, están asustados o son retraídos en situaciones nuevas, los padres pueden intentar no sobreprotegerles y animarles amablemente a explorar nuevas situaciones. 
  • Si los niños son demasiado intrépidos y corren demasiados riesgos, los padres pueden mostrarse cálidos y cariñosos y establecer reglas firmes y horarios regulares. 
  • Si los niños son impulsivos, los padres pueden alabar sus buenas conductas (como, por ejemplo, cuando los niños controlan sus impulsos) e imponer una cariñosa disciplina. 
En general, los niños tienden a tener mejor temperamento cuando los padres les dan apoyo y atención, establecen límites, usan disciplina positiva, y responden regularmente a sus necesidades.

RELACIONES ENTRE IGUALES

Los niños y niñas, desde una edad muy temprana, establecen relaciones entre iguales, formando así un contexto de desarrollo para la adquisición de habilidades, actitudes y experiencias que influirán en su adaptación futura. Los niños establecen relaciones con la familia, escuela, amigos, conocidos, que influyen directamente en su adaptación social, emocional y cognitiva. Los niños que poseen buenas habilidades sociales (conductas aprendidas que se manifiestan en situaciones interpersonales y que están orientadas a la obtención de reforzamiento), suelen hacer amigos en su entorno más cercano como por ejemplo la escuela o lugares donde ellos se muevan (actividades extraescolares, llegar por primer día a un lugar desconocido, hacer una excursión). Sin embargo hay otros que no las poseen y son generalmente los que tienen peligro de ser rechazos o ignorados por sus compañeros o entorno, por lo que es importante enseñar a los niños/as a establecer buenas relaciones para ayudarlos así a integrarse al grupo de iguales.
Ya desde primaria, los niños y niñas comienzan a pasar más tiempo con sus compañeros y amigos. En la adolescencia es donde se nota más influencia de éstos, llegando a ocupar las dos terceras partes del tiempo del adolescente en estar con sus amigos y amigas.
Los psicólogos e investigadores, afirman que una relación buena con los compañeros es primordial para un desarrollo psicológico normal, hasta tal punto que, los niños y niñas que no tienen buenas relaciones con sus compañeros son los que suelen tener más problemas académicos y conductas antisociales. Estos niños a menudo tienen, por otro lado, malas relaciones con sus familiares.
Las relaciones con los compañeros suelen ser más igualitarias que las relaciones con los padres u otros adultos puesto que, está situado en un grupo de iguales donde su palabra, normalmente, tienen el mismo valor que la de otro de su edad o no corren el riesgo de ser regañados o corregidos. Esta situación crea un contexto para adquirir habilidades y la aparición de la sensibilidad interpersonal. La sensibilidad interpersonal está vinculada con aspectos sentimentales, ya que consiste en la sensibilidad de una persona ante situaciones sociales; es la buena interpretación del comportamiento y el sentir de los otros. Los niños o niñas que tiene adquieren la sensibilidad interpersonal se caracterizan por ser personas perceptivas, por tener facilidad para detectar sentimientos y emociones.
Por otro lado, el niño aprende a tomar decisiones y a resolver conflictos sin la intervención de los adultos. El grupo le ofrece la oportunidad de probar diferentes actividades, desarrollar sentimientos, competencia, ver dónde están sus límites, eficacia...
Cosas que no podría desarrollar con adultos.
A continuación, vamos a analizar las diferencias existentes entre las relaciones del niño o niña con el grupo de iguales y con los adultos.
Diferencias más significativas entre el grupo de iguales y la familia:

GRUPOS DE IGUALES / FAMILIA:

1. Han de ganarse ser aceptados / Aceptación incondicional.
2. Oportunidad de interaccionar de igual a igual / Relaciones asimétricas.
3. Posibilidad de compararse / Imposibilidad de comparación.
4. Adquisición de numerosas estrategias y habilidades de interacción social que son más difíciles conseguirlas en un contexto adulto.

LAS EMOCIONES FORJAN LA PERSONALIDAD

Las experiencias emocionales a lo largo de nuestra vida son parte evidente de la conformación de nuestra personalidad; vamos configurando y desarrollando modos y formas de relacionarnos con los demás, lo que dependerá principalmente del mundo social, familiar y emocional en el cual nos vemos a desenvolver. Sin embargo, todo apunta a que nuestro comportamiento emocional va a depender en gran medida a como se haya desarrollado el vínculo afectivo con nuestra madre en los primeros 24 meses.
 Por ello, los padres deben tener sumo cuidado en sus primeras relaciones con el bebé y han de entender la importancia que tiene para el futuro del niño dicha relación, además de la necesidad de conseguir un vínculo de apego seguro y estable con su hijo en los dos primeros años de vida.


LINKOGRAFIA 
http://www.desarrolloinfantil.net/desarrollo-psicologico/como-se-crea-vinculo-apego-nino-madre

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